Tras la trágica riada de 1957 en la que el Real Monasterio de la Santísima Trinidad sufrió el desbordamiento del río Túria, el sepulcro fue abierto por tercera vez en su historia, comprobándose la presencia de los restos de la reina. Como afortunado testimonio, estas son algunas de las fotos que se hicieron durante la exhumación e inhumación de dichos restos.